Reconocida como patrimonio cultural de la humanidad, esta colorida y ruidosa cabriola andina, que más jala para china, nos provoca hilaridad al comparar con un paseo alrededor de nuestra Plaza de Armas.
El tijereteo, raje o reveseo es una de las prácticas de mayor usanza en nuestra Piura querida, y por supuesto su máxima expresión la encontraremos en nuestra plaza mayor. Quién no se da una vuelta por el centro cuando sale en carro?, o si quieres encontrar amigos dónde sino en este ciudadano paseo. Una vuelta por la plaza y saludarás a 10 amigos como mínimo, pero te estarán observando por lo menos 100 conocidos o no.
Unos hablarán bien, otros mal, pero de ninguna manera te salvas de que espulguen tu currículo, sacudiendo tu palmarés y sobre todo resaltando tus vicios o defectos.
Se pueden contar hasta tres turnos de usuarios permanentes y definidos de las cerca de 80 bancas perfectamente habilitadas para la danza diaria.
Las aves diurnas, en su mayoría cesantes, jubilados y también desocupados y flojos, son los más numerosos y que por las mañanas tienen su banca especializada. Frente a la catedral, frente al Chalán, frente al Turistas, frente al Concejo, frente a la Caja Municipal, frente a Correos, frente al Continental serán los principales puntos de diario reencuentro para el raje y también, como no, para presentar soluciones a cualquier problema sobre todo político y en especial deportivo.
Los jubilados del seguro tienen su banca, los cesados de Petroperú otra, los jubilados de la policía y de transportes se encuentran frente a correos, y así hasta los ex combatientes y los otrora músicos de la banda del ejercito tienen su lugar definido e intocable. También tenemos la banca de Manongo, la de Caliche, la de Franco, Quesque Haroldo y el popular Belé. Una laguna de escupitajos nos señala que estamos frente a la banca del ñato Guido. Recién se nos fue Capi Vargas todo un personaje que merece capítulo aparte. Todos, absolutamente todos son bebedores y en su mayoría “gorreros”, a decir de la Tía Quecha, porque como dice mi cumpa torito Lucho, “voluntad hay bastante, lo que falta es plata”. El día de pago, en fin de mes, de todas maneras enfilarán al cevichito y la cervecita o como siempre a la broma diría el tío Congo García “ tira de vagos no les provoca mejor una palana y un pico”. Ese día merodean también una gavilla de muchachas y no tan muchachas acechando cariñosas a los vejetes en día de pago.
La oficina se cierra entre la una y las dos de la tarde, pues a las tres entra nuevo turno. Gente más apaciguada pero también con banca preferida. Por las noches salen muchos viejos piuranos que viven por el centro de la ciudad a tomar el fresco. Los Seminario, Temple, Navarro, García, por nombrar apellidos piuranos representativos, estarán por siempre en el conversa que te conversa deleitados en la noche piurana.
Nadie nos podrá librar del infortunio de la muerte que agazapada como siempre va desgajando banca por banca entrañables amigos. Allí estaremos todos esperando turno, pero mientras tanto en el bullicio y el jolgorio seguirán “los muchachos” dale que dale a nuestro deporte favorito, la danza de tijeras, y la bebezón también.
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